MARISCOS EL CACHORRO - hay que saber idiomas (humor)

Chucho, un cubano residente en Tokio,  fue a visitar, en la Unidad de Terapia Intensiva, a su vecino japonés, quien fue víctima de un grave accidente automovilístico.

Encontró al amigo japonés todo entubado:

Era un tubo por aquí, otro tubo por allá. Cables por todos lados. Más que un japonés, parecía un televisor Krim 218 por dentro.

Se quedó allí parado, en silencio, al lado de la cama de su amigo de ojitos cerrados. Éste estaba sereno, reposando con todos aquellas mangueras conectados a su pequeño cuerpo, pero muy tranquilo.

De repente, en un momento dado, de forma imprevista, el japonés con los ojos casi saltándoles fuera de sus órbitas, grita:

 - "¡¡¡ SAKARO AOTA NAKAMY ANYOBA, SUSHI MASHUTA!!!"    

Dicho eso, suspiró y murió.  

Las últimas palabras del amigo amarillo quedaron grabadas en la mente de Chucho.

En el último día de la novena, después de la misa por el fallecido, Chucho éste se aproxima a la madre y a la viuda y abrazándolas les dice:

- Doña Fumiko y doña Shakita, mi amigo Fuyiro, segundos antes de morir, me dijo unas palabras que no consigo olvidar, me dijo:

"¡¡¡ SAKARO AOTA NAKAMY ANYOBA, SUSHI MASHUTA!!!".  

¿Qué quieren decir?  

La madre de Fuyiro se desmayó al instante, la viuda que lo mira asustada y Chucho que insiste:  

- ¿Qué quieren decir esas palabras, señora Shakita?  

La viuda, con rabia en su rostro le responde:  

- Quieren decir exactamente: "¡¡¡ NO PISES LA MANGUERA DEL OXÍGENO, HIJO DE PUTA!!!"  

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